Está claro que el tabaco no es sano como lo es comerse cinco piezas de fruta al día. Pero sumarse a un mejor tratamiento y producción de este producto no está de más. El tabaco orgánico es una de las opciones más óptimas para sustituir al tabaco tradicional para los fumadores.
El tabaco orgánico está revolucionando el mundo tabaquero. Y es que ahora, tanto cigarrillos como el tabaco de liar que se encuentran en el mercado están elaborados con tabaco orgánico. Este tipo de producción no solo la ven favorables los productores, sino que los consumidores también se suman a esta iniciativa.
Tabaco orgánico y tradicional, ¿diferencias?
Los campos en los que no es necesario utilizar fertilizantes químicos o pesticidas, es donde se cultiva el tabaco orgánico. De esta manera, obtenemos un producto mucho más respetuoso con el medio ambiente en comparación con el cultivo intensivo. Aunque no se utilice ningún tipo de “veneno” para evitar ciertas plagas a las que la planta de tabaco está acostumbrada, el cuidado intensivo sobre ellas bastará para que la plantación no se eche a perder.
Si se quiere consumir un cigarrillo orgánico, no solo es necesario no utilizar fertilizantes, sino evitar también que en el proceso no se le añadan aditivos químicos. Pero esto no quiere decir que el producto sea más saludable. Así lo confirma un estudio elaborado por la Universidad de Minnesota (Estados Unidos). Después de comparar un cigarro orgánico con uno tradicional, no se encontró ninguna diferencia en niveles tóxicos.
Los efectos negativos que provoca el tabaco no dependen de esos aditivos químicos, sino del proceso de combustión que sufre la planta del tabaco. Por lo tanto, el proceso por el que transcurre el tabaco orgánico es más saludable, pero sólo y exclusivamente para el medio ambiente.