

El 69.8% de los vapeadores españoles han cambiado completamente el consumo de tabaco por el vapeo. Ésta, entre otras, es la principal conclusión del mayor estudio realizado hasta ahora sobre el perfil del vapeador en España, que ha sido elaborado por Sigma Dos en 2018 en colaboración con la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV).
Más del 70% de los usuarios de cigarrillos electrónicos los utilizan en exclusiva. Mientras que una mayoría ha sustituido completamente el tabaco por el cigarrillo electrónico, el 26.5% ha conseguido disminuir el consumo de aquel gracias a esta herramienta. Unos resultados que, en su conjunto, indican que el 96.3% de los vapeadores utilizan el cigarrillo electrónico como un sistema de reducción del tabaco.
La mitad de los consumidores son recientes y llevan haciendo uso del dispositivo menos de un año, mientras que 2 de cada 10 usuarios son consumidores veteranos, ya que llevan haciendo uso del cigarrillo electrónico desde hace más de 3 años.
La mayoría de vapeadores valora el uso de la herramienta electrónica por sus ventajas, y es que el 91.8% de los encuestados destaca que el uso de los vaporizadores personales es mejor para la salud que el tabaco y sólo el 0.3% opina que esta herramienta puede ser más perjudicial.
Uno de cada dos usuarios que han sustituido el tabaco destaca como puntos positivos del uso de estos dispositivos el aumento de la capacidad pulmonar y la reducción de la sensación de ahogo al practicar deporte, el 47.2% afirma que lo prefiere por la ausencia de olor y el 22% señala que ha notado una mejoría en su salud. Otro factor destacable del uso de vaporizadores electrónicos es la desaparición de la tos, una ventaja a la que apuntan uno de cada tres encuestados y resaltan aún más aquellos que vapean a diario.
Las diferencias más importantes entre el cigarrillo electrónico y el tabaco difieren según la edad y el sexo. Las mujeres consideran que su mayor ventaja es evitar los malos olores producidos por el tabaco. Los hombres consideran que la ventaja más significativa es la menor sensación de ahogo a la hora de realizar actividad física. Los más mayores, por otra parte, han percibido una desaparición de la tos y lo consideran una de las mejoras más relevantes.
Respecto a los temas relacionados con la salud, casi la totalidad de los usuarios considera que el cigarrillo electrónico es menos dañino que el tabaco convencional. Además, prácticamente la totalidad de los usuarios considera positiva la idea de prescripción del cigarrillo electrónico por parte del médico.
Líquidos y lugar de compra y consumo
Sobre los gustos, el 92,8% de los usuarios de e-líquidos utiliza e-líquidos de sabores, siendo los más utilizados los afrutados o de frutas, llegando a suponer entre ambos el 41,6%. Dentro de los afrutados se pueden contar aquellos e-líquidos con mezcla de frutas (cítricos, frutos rojos..), mientras que los de frutas son aquellos que están diseñados con una sola fruta (fresa, kiwi, melón…).
También son muy habituales los e-líquidos de sabores dulces y los tabaquiles (con un 15,2 % y un 13,1% respectivamente). Se encuentran entre los e-líquidos dulces aquellos e-líquidos como vainilla o caramelo.
1 de cada 3 usuarios utiliza el cigarrillo electrónico en cualquier lugar, siendo el doméstico, con un 42,3%, el espacio más habitual de uso del cigarrillo electrónico, si bien los más jóvenes acumulan porcentajes ligeramente mayores, en términos comparativos, en el uso del cigarrillo electrónico en la calle y en terrazas de bares, mientras que la mitad de los mayores de 45 años, por el contrario, utilizan el cigarrillo electrónico en el hogar.
La naturalización del dispositivo puede ser un elemento de inversión, ya que su uso habitual en espacios domésticos y, por tanto, la baja visibilización del dispositivo, genera, por ejemplo, que el 54% de las personas que se encuentran alrededor de un usuario actúe con curiosidad.
Apenas el 22% de los encuestados afirma que pasa desapercibido entre las personas con las que comparte un espacio.
El 96,7% de los usuarios de cigarrillos electrónicos los adquiere habitualmente en las tiendas especializadas. Y un 3,2% de los usuarios adquiere sus cigarrillos electrónicos a través de internet.
La venta de cigarrillos electrónicos en farmacias y parafarmacias está bien considerada por el 63,7% de los usuarios, mientras que un 18%, por el contrario, tiene una opinión negativa respecto a dicha posibilidad. Aquellos que se mantienen informados de las novedades sobre el cigarrillo electrónico opinan de forma negativa respecto a la venta en farmacias y parafarmacias en mayores porcentajes, llegando a un 23,1%.
Mientras que los usuarios exclusivos de cigarrillos electrónicos coinciden en el 74,3% de los casos en que la razón principal para su uso es dejar de fumar, aquellos que combinan el uso del cigarrillo electrónico con el convencional se encuentran en dos grandes grupos. Por un lado aquellos que coinciden en que la razón principal para su uso es dejar de fumar (51,5%) y aquellos que consideran que es un instrumento para fumar menos (30,9%).
Los elementos comunes que tienen los usuarios más satisfechos y los promotores del cigarrillo electrónico son la elección del cigarrillo electrónico como mejor método para dejar de fumar junto con la práctica de actividades relacionadas con el ocio.
El vapeo, un sector que madura
El sector del vapeo en España está tomando forma y las perspectivas a coto plazo apuntan a una consolidación. A principios de esta década se produjo un “boom” que hizo que las calles de nuestras ciudades se llenaran de pequeñas tiendas de venta de cigarrillos electrónicos y líquidos. Aquel primer impacto, tal como vino, se diluyó, pero en la segunda oleada que estamos viviendo en los dos últimos años, el sector parece haber tomado cierta madurez y muestra signos de crecimineto considerables.
Según datos de la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo, en 2013 existían en España cerca de 3.000 establecimientos dedicados a la venta de cigarrillos electrónicos y los líquidos de vapeo, una cifra que, tras tocar fondo en 2015 con tan sólo 150 comercios, ha vuelto a resurgir hasta los aproximadamente 400 establecimientos de 2017.
Asimismo, el número de consumidores ha seguido una trayectoria similar. Si en 2013 se cifraban en torno a los 950.00 usuarios, en 2015 sólo vapeaban 220.000 españoles y, en 2017, esa cifra había crecido hasta las 450.000 personas.
Los datos de facturación de este sector fueron difícilmente cuantificables en 2013, pero desde 2014, con 40 millones de euros, el volumen de negocio no ha hecho sino crecer, pasando a ser de 70,5 millones de euros en 2017.
Cifras más recientes apuntan a que el sector genera ya una facturación de casi 90 millones de euros anuales y que son ya más de 550.000 personas las que vapean en España, con una penetración del 1,6% entre la población adulta y un crecimiento interanual del 33%.
La llegada de los nuevos dispositivos puestos en el mercado por las grandes compañías tabaqueras que actúan en España va a suponer mayores cifras en todos estos conceptos y especialmente en el número de establecimientos que los comercializan, pues todas ellas están apostando claramente por la red de estancos como vía de venta al público, por lo que se puede asegurar que prácticamente la totalidad de ellos (unos 13.000 estancos) se han sumado al segmento del vapeo.