Los encendedores se consideran intrínsecamente peligrosos ya que producen una llama y contienen gas. Los riesgos se traducen en una variedad de posibles lesiones, incluidos los accidentes relacionados con incendios. La conformidad con las normas de seguridad aborda tales riesgos en relación con el uso normal o el uso indebido previsible de los encendedores (incluidos, en cierta medida, los niños muy pequeños que juegan con ellos). Es por eso que es esencial que todos los encendedores cumplan con los dos estándares de seguridad.
La norma internacional ISO 9994 requiere la resistencia de los encendedores a diversas pruebas críticas, como una prueba de caída, tasa de llenado de gas, altura de la llama, estabilidad y extinción, combustión continua, temperatura…
La norma europea EN 13869 requiere una resistencia a la ignición del encendedor en al menos el 85% de los niños menores de 51 meses, para todos los encendedores de bolsillo, excepto los electrónicos con desplazamiento lineal de pulsador.
El contexto europeo de seguridad en los encendedores
Las pruebas realizadas por laboratorios acreditados independientes, como Bureau Veritas y SGS, muestran un incumplimiento frecuente de la norma ISO 9994 y ahora, en lo que respecta a los encendedores electrónicos, a la norma EN 13869 (resistencia infantil).