Sonia Collados nos habla desde el estanco familiar de La Verneda de San Martín, en Barcelona. A cargo de la expendeduría desde hace 15 ó 20 años, no se acuerda bien, pero está segura que fue desde antes de que naciera su hija. Estudió contabilidad en FP durante cinco años y otros tres años de la carrera de Relaciones Laborales, pero una vez que lo sacó, se quedó a trabajar con su familia. Y, sobre todo, nos dice, por Asun, su madre. “Para mí lo es todo”, dice convencida.
Sonia hace un breve repaso de sus inicios en el estanco: “Mi vida ha transcurrido durante 50 años dentro del estanco de mi tía abuela, junto con mi abuelo y mi madre, y más tarde mi padre. He estudiado y trabajado al mismo tiempo y, la verdad, es complicado. Mientras tus amigos estaban divirtiéndose, yo estaba trabajando o estudiando, pero no me importaba mucho, porque a la familia hay que ayudarla sí o sí. Trabajé esporádicamente en algunas empresas, para sacarme algún dinero, pero sin importancia. Al final me quedé trabajando con mi familia, aunque mi madre no quería que me quedara en el estanco” La expendeduría hoy tiene su impronta porque desde el principio la ha ido transformando. “Pusimos cosas nuevas para que el estanco vaya fun- cionando un poco mejor. Introdujimos más objetos de regalo, todas las cosas para que dieran un poco más de dinero. Y fuimos avanzando con el tiempo. Ahora casi todo se paga con tarjeta y desde la pandemia todavía más. Vas de acorde con lo que demandan los clientes”, cuenta.
¿Cómo haces para conciliar vida laboral, personal y familiar?
Conciliar la vida familiar ha sido muy difícil, sólo tengo una niña y, la verdad, me he perdido tantas cosas de mi hija que no te lo imaginas…
¿Tienes ayuda?
Sí, mi madre me ha ayudado siempre; ha sido una segunda madre para mi hija. Hemos criado a mi hija en el estanco entre las dos. Mi marido está todo el día trabajando, así que hace lo que puede. El día que nació mi hija trabajé hasta las 14:00 p.m. y a las 19:00 nació mi petardita. Ésa es la conciliación laboral que he tenido. A los 15 días de haber nacido mi peque me puse a trabajar. ¡Viva ser autónoma!
¿Y tienes algo de tiempo para el ocio?
He hecho deporte desde bien pequeña y ahora hago yoga y natación, cuando tengo tiempo y ganas…
Entonces, eso de la flexibilidad que otorga el trabajo autónomo ¿es un mito?
Total y rotundamente. Ser un autónomo es estar todo el día en una tienda. Básicamente no tienes tiempo. Porque encima tienes un horario partido.
¿Qué tipo de ayudas reclamarías para las trabajadoras autónomas como tú?
Es necesario que ayuden al autónomo, sobre todo a las mujeres, ya que en mi caso sólo tengo una hija, porque no tengo tiempo para más. Por ejemplo, necesitamos que las guarderías cuesten bastante menos y poder tenerlas en un sitio donde no me cueste casi un jornal. Eso sería una idea buena para los autónomos. Pues mira, el 50% te lo cubrimos. Y es una ayuda.
Es cierto que las mujeres lo tenemos muy difícil. ¿Crees que has tenido retos por el hecho de ser mujer?
Retos realmente importantes no he tenido que pasar. Seguramente esos retos los pasaron mi madre y mi padre. El estanco lo montaron ellos y eso sí fue difícil.
Pero el sector se ha ido transformando. ¿Cómo ves la transformación en cuanto al talento femenino?
Al principio, cuando empecé a ir a las reuniones de estanqueros, sí es verdad que sólo eran hombres. En las Juntas de la Unió Provincial d’Estanquers de Barcelona siempre hubo más hombres. Con el paso de los años, las mujeres han ido apareciendo en escena.


¿Crees que los hombres tienen más vocación gremial que las mujeres?
A las mujeres nos falta tiempo. Las mujeres hacemos de todo: trabajar, limpiar, cocinar, cuidar a grandes y pequeños, etc. Y sí nos da tiempo para además llevar adelante una actividad gremial. Habrá algunas mujeres con potencial que intentarán entrar en ese mundo del tabaco para poner su granito de arena como mujer estanquera, pero no es fácil.
Otras mujeres del sector me han dicho lo mismo, que la falta de tiempo conspira contra la posibilidad de desarrollarse dentro del sector, desde otros ángulos, donde el talento femenino podría dejar su impronta…
Creo que es así porque si uno mira para atrás, todo lo han llevado los hombres. Y las mujeres vamos haciendo y vamos llevando para adelante y se nos va viendo un poco más. Espero que las chicas jóvenes se involucren y suban, tengan tiempo para todo ello porque, como te digo, las mujeres hacemos muchas cosas, no paramos. Es que está naturalizado que los cuidados familiares los hacemos las mujeres. Eso es lo que he visto yo. Pero siempre hay alguna que gracias al cielo se pone a ello. Se sacrifica un poco más.
¿Hay todavía hoy en día muchas connotaciones machistas en el sector?
Sí, veo muchos comerciales, pero pocas mujeres comerciales. Siempre que viene un alto cargo de alguna empresa, es hombre, aunque ahora se ven más mujeres. No me he sentido en ningún momento discriminada para nada, también te lo digo. Pero espero que cada año que pase, este liderazgo machista vaya a menos.
Y en la atención al público, ¿qué experiencia tienes?
Bueno sí ¡madre mía! Barbaridades no me han dicho, pero sí muchas tonterías. De decirte cosas, muchas. De esas que te incomodan. No hago caso. Me rio, me callo y digo “venga, otro día será”. Lo gestiono así. No me enfrento, le doy la vuelta. Tengo una empleada que tiene más edad y si les tiene que decir alguna cosa, les dice. Depende cómo la pillan, les suelta una fresca y ya está. La otra es más joven y hace como yo, ni caso.
¿Cómo ves el futuro del feminismo?
El futuro de la mujer es y siempre será duro. ¡Tenemos que luchar, luchar y luchar! Lo tenemos difícil porque tenemos que estar siempre demostrando que somos mejo- res que los hombres. Y lo somos. Debemos seguir adelante, que se nos vea más.
Generación W va de eso justamente, de visibilizar la diversidad, la igualdad, la inclusión y, especialmente, el talento femenino. ¿Pero eres optimista con respecto a la igualdad?
Quiero creer que sí, que lograremos una igualdad real. Soy optimista. Pero no hay que abandonar la lucha.
¿Crees en el lenguaje inclusivo como una herramienta para fomentar la igualdad y la diversidad?
Sí, está claro. Ojalá todos entendamos por lo que pasan algunas personas. Yo tengo un sobrino, que ahora es sobrina y, claro, yo veo por lo que pasa, por lo que se enfrenta y me gustaría que todo el mundo entendiera que las personas son personas. Hayas cambiado el sexo o no, eres persona y punto. Lo tengo cerca y sé que lo ha pasado mal y ahora que ha hecho su cambio, se ve su cambio psicológico y mucho mejor. Ahora es feliz. Lo entiendo porque yo lo tengo cerca, pero realmente hay gente que es muy mala persona. Y muy desgraciada y los tratan mal y no debe ser así.
De ahí la importancia de visibilizar todo esto.
Total. Mucha discriminación viene de la mano de la ignorancia, de no estar ahí, de no saber de qué va y de lo mal que lo pasa esa persona. Yo creo que eso es tan básico…
¿Qué mujeres te han inspirado a lo largo de tu vida?
MI MADRE. Te pido que lo escribas así, con mayúsculas. ¿Por qué? Pues, ¡porque lo ha dado todo y lo dará todo hasta el final! Desde pequeña he estado siempre con ella. Es lo mejor de mi vida. Es una madre maravillosa. Es mi inspiración en todos los aspectos de la vida. MAMÁ, TE QUIERO.