
Día a día llegan nuevos estudios científicos y encuestas que destacan aspectos positivos del uso de cigarrillos electrónicos frente al consumo de tabaco convencional. Muchos de ellos, por no decir la mayor parte, tienen su origen en instituciones científicas del Reino Unido, un país que ha mostrado decidamente su apoyo a estos dispositivos como herramienta para dejar de fumar o reducir el consumo de cigarrillos. ¿Es el Reino Unido el ejemplo a seguir?
Según el estudio “A Randomized Trial of E-Cigarettes versus Nicotine-Replacement Therapy” realizado por el Servicio de Salud Pública del Reino Unido, los cigarrillos electrónicos son doblemente eficaces para dejar de fumar en relación a las terapias de reemplazo de la nicotina habituales. Realizado con 886 fumadores adultos incluidos en programas de prevención del tabaquismo del país durante 52 semanas, concluyó que pasado un año el 18% de los sujetos del grupo de cigarrillos electrónicos se abstuvieron de fumar, comparado con el 9,9% que usaron parches, chicles, pastillas y/o aerosoles nasales.
Otro estudio de la Universidad de Dundee (Escocia) sobre el impacto de los cigarrillos electrónicos en la salud vascular, concluye que los fumadores que cambiaron a productos de vapeo demostraron una mejora significativa en su salud vascular en cuatro semanas. El estudio también encontró que los participantes que hicieron la transición lograron una mejoría mayor en comparación con aquellos que continuaron usando tanto cigarrillos como vapeadores.
Un estudio hecho por el UK Royal College of Physicians 2016 indica que “los fumadores que usan productos de nicotina para reducir el consumo de tabaco tienen más probabilidades de poder dejarlo. Promover el uso de e-cigs puede sustancialmente incrementar el número de ex-fumadores”.
La revista británica Addiction publica un estudio de la University College London financiado por Cancer Research UK que muestra la estrecha relación entre vapeo y el abandono del tabaco. El estudio –”Association of prevalence of electronic cigarette use with smoking cessation and cigarette consumption in England: a time series analysis between 2006 and 2017”– hace referencia a que el aumento del vapeo en Reino Unido desde 2011 tiene una correlación con la disminución del tabaquismo en el país, donde cada año lo deja entre 50.000 y 70.000 persona.
La investigadora principal del estudio, Emma Beard, ha comentado que parece que el Reino Unido ha encontrado el equilibrio adecuado entre la regulación y la promoción de los cigarrillos electrónicos y señala que “millones de fumadores recurren a ellos para dejar de fumar o reducir su consumo de tabaco”.
A raíz de todos los estudios que se vienen publicando sobre la materia, se han puesto en marcha campañas y acciones pro vapeo, como “Stoptober”, una campaña para dejar de fumar que se repite anualmente en Inglaterra y que ha incluido a los vapeadores. Su lema: “Deja de fumar este Stoptober con un cigarrillo electrónico”.
Al otro lado del mundo, Nueva Zelanda ha trazado su plan de un mundo sin humo para 2025 en el que cuenta con los vapeadores y en el que apoya a los fumadores a optar por alternativas menos dañinas que el tabaco convencional.