El 74% de los adultos españoles considera que las autoridades deberían hacer todo lo posible para incentivar a aquellas personas, que de otro modo seguirían fumando, a que cambien por completo a alternativas mejores, según se desprende de los datos para España de una encuesta a nivel mundial realizada por Philip Morris International (PMI) y la consultora Ipsos en 31.000 personas de 31 países, entre los que se encuentra España.
El 85% de los encuestados españoles ve los productos alternativos como una forma efectiva de complementar otros esfuerzos para reducir el daño causado por los cigarrillos. Por otro lado, el 86% de los encuestados opina que los fumadores adultos deberían poder tener acceso a alternativas a los cigarrillos convencionales, si estos productos han demostrado tener un potencial de riesgo reducido. 9 de cada 10 señala la importancia de que los fumadores tengan acceso a información sobre estas alternativas en cuestión.
Los resultados también indican que el 90% de los encuestados creen que en términos generales, las empresas de consumo tienen la obligación de investigar e innovar continuamente sobre sus productos en interés de la salud pública. En esta línea está la opinión del 93% de los adultos, que señala que la tecnología y la innovación desempeñan un papel importante a la hora de abordar las prioridades de salud pública. Sin embargo, solo el 37% cree que las autoridades españolas han hecho un buen trabajo para garantizar que todo el mundo tenga acceso a las últimas innovaciones y avances que pueden mejorar la salud pública.
Problema global para la salud pública
Fumar se sigue considerando como un problema importante de salud pública, junto con la obesidad, el alcoholismo y el consumo de opiáceos. En este sentido, la encuesta mundial muestra un fuerte apoyo al papel que deben desempeñar la innovación y la tecnología a la hora de resolver estos problemas de salud mundial.
Globalmente, los resultados revelan que el 77% de los adultos considera que los gobiernos deberían hacer todo lo posible para incentivar a hombres y mujeres, que no quieren o no pueden dejar de fumar, a que cambien por completo a alternativas mejores. Sin embargo, solo el 35% cree que las autoridades en sus respectivos países han hecho un buen trabajo para garantizar que todo el mundo tenga acceso a las últimas innovaciones y avances.
Por otro lado, el 92% de los encuestados en todo el mundo está de acuerdo con que esos nuevos productos deban pasar rigurosas pruebas científicas antes de introducirse en el mercado. De esta forma, el 91% coincide en que, una vez se hayan introducido esos productos en el mercado, es necesario supervisar su impacto para garantizar que reducen el daño causado por los cigarrillos.
La Dra. Moira Gilchrist, vicepresidenta de Comunicaciones Científicas y Públicas de Philip Morris International, explica que esta encuesta “muestra que la mayoría de las personas están de acuerdo con que fumar sigue siendo un serio problema de salud pública, por lo que quieren ver acciones que aprovechen la oportunidad que ofrecen las alternativas a los cigarrillos científicamente demostradas”.
“Con cualquier otro problema global, desde el medioambiente hasta la obesidad, todos trabajamos juntos para ofrecer mejores alternativas, para informar a las personas sobre ellas y para incentivarlas a que cambien su conducta. ¿Por qué no se aplica este enfoque de sentido común al tabaco?”, concluyó la Dra. Gilchrist.