Marian Salzman, una de las cazatendencias y comentaristas culturales más influyentes del mundo, centra su enfoque predictivo en el reconocimiento de tendencias, es decir, en detectar y vincular indicios y símbolos que narren historias y que arrojen algo de luz sobre la dirección a la que se dirigen culturas, comunidades y la sociedad en general. Su informe de tendencias «Predicciones particulares y generales» de 2021, publicado a finales de 2020, abordó las repercusiones de la «gran pausa» en una reflexión general (y particular) sobre las personas, las comunidades y nuestras opciones de vida. Para leer el informe completo “22 Tendencias para 2022”, visite MarianSalzman.com
En las 22 Tendencias para 2022 de Marian Salzman, la conocida especialista en tendencias mira su bola de cristal y la imagen que visualiza no le resulta nada tranquilizadora. Naturalmente, no se trata de ninguna sorpresa. A punto de cumplirse dos años del inicio de una pandemia mundial profundamente perturbadora y con un panorama sociopolítico fracturado en Estados Unidos y otros países, todo ello sumado a unas normas sociales trastocadas en todo el mundo, el pronóstico de la evaluación del futuro se vislumbra poco halagüeño. Ante esta oscuridad y las señales de advertencia, Marian pone en práctica sus habilidades predictivas, recogiendo los hilos y tejiéndolos en una narrativa de predicciones que nos ofrece una hoja de ruta para avanzar en el caos.
Así pues, ¿qué cabe esperar de 2022? ¿Qué tendencias influirán y determinarán el modo en el que se desarrollarán los acontecimientos durante el año próximo y los posteriores a él? Para Salzman, hay algo que sabemos a ciencia cierta y que ha dejado su impronta en todas estas tendencias: la incertidumbre. Si pudiéramos mencionar un cambio de este año que destaque por encima de los demás, sería que nos haya hecho plantearnos muchas cosas a las que atribuíamos prioridad, o que, como mínimo dábamos por sentadas, sin cuestionarlas.
La feliz década de 2020 y el tenue hedonismo posterior a la COVID
El mundo se está preparando para resurgir de los temibles confinamientos y restricciones de la pandemia. Se están popularizando nuevas tecnologías (como Zoom, la realidad aumentada o virtual, la IA, la ingeniería genética o las criptomonedas), con lo que aparecen nuevas fortunas y nuevas culturas. Se supone que las economías están rebosantes de demanda acumulada que podría ofrecernos una versión del s. XXI de los “felices años veinte”. Las poblaciones de gran parte del mundo han envejecido y viven más tiempo de media que hace 100 años.
Eso hace que haya menos bailes salvajes, fiestas y emparejamientos y más atención sanitaria y manejo adecuado de los recursos. En la década de 1920, para entretenerse, comprar y socializar había que salir de casa. Sin embargo, en la década de 2020 hay muchos más incentivos para no salir: podemos reproducir música, películas y programas de televisión por Internet, jugar a videojuegos, socializar en línea y recibir en casa todo lo que hay disponible en las tiendas físicas, pero con mayor facilidad.
La salud mental nos preocupa
A medida que el mundo se conciencia sobre la salud mental, ha llegado el momento idóneo para adoptar programas, herramientas y tecnologías que atajen los problemas relacionados con esta y que promuevan una buena salud mental. Los teléfonos móviles, que están en todas partes, ofrecen una inmensa selección de aplicaciones autónomas y un número creciente de aplicaciones que funcionan con dispositivos de retroalimentación neurológica que se pueden llevar encima, como Mendi y Muse. Las empresas inteligentes comprenderán las ventajas de cuidar la salud mental de sus empleados.
¿Y qué pasa con las ciudades?
En las zonas más prósperas del mundo, es posible que algunos habitantes de ciudades sientan que ya han tenido suficientes oportunidades y decidan trasladarse, pero las ciudades con recursos no tienen motivos de preocupación. Están estudiando la forma de pulir su atractivo y de sobreponerse incluso con más fuerza que antes con una «recuperación verde»: más espacios verdes, menos tráfico y contaminación, viviendas más asequibles y opciones de micromovilidad. Las más ambiciosas planean convertirse en ciudades de 15 minutos en las que los habitantes tengan acceso a todo lo que necesiten en un cuarto de hora, ya sea a pie o en bicicleta, aunque ello conlleva el riesgo de que las ciudades se fragmenten en enclaves en los que no se mezclen clases sociales, culturas ni etnias.
Aumento del hiperlocalismo
Llevamos mucho tiempo insistiendo en que “lo local es el nuevo global” y en el crecimiento de los contenidos hiperlocales. Y mientras el COVID-19 barría el planeta, se aconsejó u ordenó a cientos de millones de personas que se “refugiaran en su hogar” y limitaran drásticamente sus viajes. Tarde o temprano el mundo encontrará una especie de nueva normalidad. A la gente le apetecerá alejarse de su localidad y volver a viajar. Pero el aumento del coste del carburante, la preocupación por el cambio climático y los efectos persistentes de la pandemia harán que la vida hiperlocal resulte más atractiva que nunca.
Valor virtual
El mundo se estremeció cuando en una venta de arte virtual de Christie’s se alcanzaron los 69.346.250 dólares por un “token no fungible” de una imagen llamada Everydays: the First 5000 Days. El comprador adquirió un certificado de autenticidad (garantizado mediante blockchain), pero no la obra correspondiente. El pago se realizó en criptomoneda, por lo que todo transcurrió digitalmente. ¿Sucedió de verdad? A medida que el mundo da los primeros pasos para salir de la pandemia, la demanda acumulada de bienes físicos se enfrenta a los complejos problemas de la cadena de suministro que ha provocado o agudizado el COVID-19. La tendencia hacia lo virtual todavía tiene un largo recorri
MARIAN SALZMAN
Marian Salzman es vicepresidenta sénior de Comunicaciones Globales de Philip Morris International (PMI), donde trabaja para acelerar la misión de la compañía de ofrecer un futuro libre de humo. Se incorporó a PMI en 2018 tras una década como directora general de Havas PR North America y de Havas PR Global Collective. Marian está considerada como una de las mejores trendspotters del mundo y es quizás más conocida por haber introducido al mundo la “metrosexualidad” en 2003.
Es autora y coautora de casi 20 libros y figura entre las ejecutivas de relaciones públicas más premiadas, como los más recientes Silver Stevie for Female Thought Leader of the Year at the Women in Business Stevie Awards (2021), HERoes Role Model List 2021 (2021), PRovoke Media Influence 100 (2021) –éste por tercer año consecutivo–, Global Power Book PRWeek (2017), Hall of Femme PRWeek (2017) o Changing the Game Award Advertising Women of New York/She Runs It (2017).