Además de una reforma de la ley del tabaco que ya ha confirmado una subida del precio de las cajetillas, este 2022 llega con más presión para los estancos: inspecciones en materia de trazabilidad. Estas que, de momento serán meramente informativas, cumplen con el aviso que lanzó hace unos meses Luis Gavira, presidente del Comisionado, quien ha insistido en el seguimiento exhaustivo de la trazabilidad.
Todo apunta a que, con el cambio de ley, el Comisionado y el Estado van a ser cada vez menos laxos con el cumplimiento de las regulaciones del tabaco. En este caso, la trazabilidad es uno de los puntos calientes ya que la reforma contempla nuevas sanciones y, por lo que vemos ahora, estas inspecciones serán de carácter informativo para que todos los estancos revisen los permisos.
¿Cómo se realizan estas inspecciones?
En primer lugar, la Guardia Civil se presenta simultáneamente en los dos puntos clave para hacer el control de trazabilidad: donde se ubica el PVR, por lo general un bar; y en el estanco.
En lo que concierne al bar, suelen solicitar varias muestras de cajetillas que escanean para ver si la trazabilidad está correctamente realizada. Además, también solicitan facturas del tabaco y la fecha y el número de la autorización del PVR al bar, aunque, si bien es cierto, este segundo punto suele ser un poco más complejo dado que hay problema con las descargas de las resoluciones. Por último, revisan donde se encuentra el mando y si la máquina se encuentra bloqueada para evitar el acceso a menores.
Sobre los estancos, la Guardia Civil en estas inspecciones solicita el permiso del PVR para comprobar que los datos corresponden al punto de venta y que este se encuentra en vigor.
Patricia Moreno
Abogada en Hedilla Abogados